domingo, 18 de septiembre de 2011

Pekín

Esta entrada está escrita ya de vuelta desde Madrid porque así podemos incluir algunas fotos (no encontramos una manera sencilla de subir las fotos al blog desde China).

Como comentamos en la última entrada, llegamos a Pekín de madrugada. Al día siguiente, al despertar, el cielo nos recibió con cierta claridad pero con un color gris y bastante neblina que no nos abandonaría durante toda la semana que estuvimos allí. Según nos contó un chino del albergue, este tipo de climatología es bastante habitual y también preferida por la gentes de Pekín y únicamente se despeja el cielo después de llover. Este hecho lo pudimos comprobar la mañana del viernes, después de que cayera algo de lluvia el jueves por la noche. Aunque los claros duraron poco y la neblina volvió a adueñarse del cielo.

Lagos en el centro de Pekín. Se aprecia la neblina que nos acompañó todos los días y que nos ofrecía un color muy especial.

A pesar de este tiempo, pues nosotros estamos acostumbrados a España, e incluso en los días anteriores a Mongolia, donde el cielo era muy azul y muy grande, podemos decir que el clima nos acompañó, ya que la temperatura era perfecta para callejear y visitar todo tipo de monumientos y parques. Además, esta ligera neblina dota de un color y un ambiente muy especial a los paisajes y te hace ser consciente de que estás en el continente asiático.

El Templo del Cielo.

El Palacio de Verano.

Por lo demás, como contábamos con tiempo suficiente, además de las visitas obligadas a la Ciudad Prohibida, la Muralla China y varios palacios y templos más, también nos dedicamos a callejear, tanto en bici como caminando, por los “hutong”, que son los barrios tradicionales de la ciudad y tienen especial encanto con sus casas bajas y sus calles estrechitas, donde literalmente puedes perderte.



Entrada a la Ciudad Prohibida desde la plaza de Tian'nanmen.

La Ciudad Prohibida. 

  Paseo por la Gran Muralla (zona de Mutianyu, que aunque turística, no sientes el agobio de la gente como según nos han contado pasa en otros puntos).

También nuestro albergue se encontraba en uno de estos “hutong” en el barrio de Doncheng y era impresionante la de ambiente y actividad que había a todas horas del día. Por el día, las fruterías, las panaderías y los puestos de comida estaban en plena actividad. Al anochecer, los puestos de comida seguían abiertos y acostumbrábamos a cenar en la calle, brochetas de carne a la parrilla, en unas mesas pequeñitas que ponían fuera. También por la noche un local cercano se llenaba de chinos que se dividían en varias mesas y entre el humo conseguíamos divisarlos jugando a las cartas y apostando sin parar. Algunos días cuando nos levantábamos todavía quedaba alguna mesa con partidas aún sin acabar.

 En bici por un "hutong" del centro.

Mercado nocturno de Wanfugin, conocido por sus puestos de comida.

  
Alimentos que encontramos en este mercado ( hasta que los cocinaban, ¡estaban vivos!).

Y como no podía ser de otra manera, también aprovechamos para comprar imitaciones y así cumplir con los encargos que nos habían pedido. Fuimos tanto al Mercado de las Perlas como al de la Seda y, aparte de perlas y pañuelos de seda, también nos vimos inmersos en la locura del regateo y luchas encarnizadas con las vendedoras chinas, que pueden ser más agresivas que los comerciantes de cualquier zoco de Marruecos. Como prueba el bolsazo que me llevé de una de ellas. Las frases más típicas cuando estabas regateando eran que estabas comprando móvil y no un juguete para niños, o pañuelos y no calcetines y que un helado en la calle valía más del precio que les ofrecías. “Tú mucho tacaño” y también, a pesar de decir que no querían volver a hablar contigo más en la vida, al minuto te gritaban por los pasillos para ofrecerte otro precio. Al final, y pese a la sensación de ser timados y engañados como chinos conseguimos cumplir todos nuestros recados.

Letrero informativo en el Mercado de la Seda. Suponemos que con total intención de recochineo.

Esta fue nuestra última etapa del viaje, de todas formas, como buenos alumnos, también publicaremos una última entrada con la redacción que nos mandarán el primer día de cole sobre nuestras vacaciones. En la próxima y última entrada comentaremos desde la distancia y con más perspectiva nuestras sensaciones del viaje y algunas observaciones o anécdotas que nos quedaron pendientes.

3 comentarios:

  1. Muy interesante.
    Espero que lo hayáis pasado muy bien.
    Y el año que viene ¿adónde?. Lo tenéis difícil de mejorar.

    ResponderEliminar
  2. Q chulo todo!!

    Sólo una pregunta: la neblina esa no será contaminación???

    ResponderEliminar
  3. Anda vete a tu casa ambientar, que los chinos son LIMPISHIMOS.

    ResponderEliminar