sábado, 3 de septiembre de 2011

TOMSK – KRASNOYARSK – IRKUTSK-BAIKAL-IRKUTSK



Tras varios días sin posibilidad de conectarnos a Internet, volvemos a actualizar el blog, en esta ocasión desde Irkutsk.
Como os contamos, el lunes por la mañana, en Novosibirsk, bajamos del tren al que nos habíamos subido el viernes por la noche anterior en Moscú. De allí fuimos en autobús a Tomsk, que está a unos 250 km, y nos quedamos a dormir allí, para conocer alguno de los lugares que vemos por la ventanilla.

 
Estación de trenes de Tomsk

Tomsk es ciudad universitaria y el hostel donde nos quedamos estaba lleno de universitarios rusos que habían ido allí a hacer los exámenes de septiembre.
Un dato que aparece en la guía es que, algún tiempo atrás, no estaba permitida la visita de extranjeros a esta ciudad. Curiosamente, a pesar de todos los datos que incluyen, no explican el porqué. Parece ser que durante la guerra fría contaban con una industria muy próspera de producción de armamento nucelar.

 
Transporte urbano típico en Tomsk y otras ciudades rusas: marshrutky. Debido a la lluvia y a complicaciones con el secado de la ropa, cogimos unos cuantos de estos durante nuestra visita a esta ciudad (12 rublos trayecto). 

Al llegar, el tiempo todavía nos acompañaba, así que salimos a dar una vuelta y, de regreso por la noche, comenzó a llover y siguió casi todo el día siguiente. El mal tiempo deslustró un poco nuestra visita, pero, de todas formas, pudimos ver el encanto de esta ciudad siberiana, con su río y sus casitas de madera. 

 
Famosas casas de madera de Tomsk.

 

Estatua satírica de Chejov, del que no guardan buen recuerdo por estas tierras. Se ve que después de visitar Tomsk, escribió de manera bastante desfavorable sobre ella.

Lo del frío en Siberia no es un cuento chino, porque al mediodía, a finales de agosto, los termómetros alcanzaban justito los diez grados.

Por la tarde nos dirigimos a la estación para coger el tren que nos llevaría a Krasnoyarsk, y parece que ya nos vamos aclarando con los horarios de trenes. El billete de tren marcaba la salida a las 16:28h., hora de Moscú, con lo que nos bastó llegar a las 19:00h del lugar y nos sobró media horita. Como curiosidad y para demostrar lo que ya os contamos, el reloj de la estación marca sólo la hora de Moscú.

También nos llamó la atención el caos en el tráfico siberiano, debido, entre otros motivos, a que algunos coches llevan el volante a la derecha y otros a la izquierda, ya que mucha gente del lugar compra los coches directamente en Japón, que al parecer salen más baratos.

Los sitios del tren a Krasnoyarsk no fueron tan buenos como los anteriores, porque el día que fuimos a comprarlos todavía no sabíamos cómo era la distribución de las literas en el vagón. Nos tocaron las dos literas de arriba de un mismo compartimento, por lo que el uso de la mesita se vio bastante limitado, sobre todo porque debajo de nosotros dormían una señora rusa un poco antipática y su hijo, que se dedicaron a desayunar huevos y patatas cocidas. Además, el vagón era algo más antiguo que el anterior. 

Foto de nuestro compartimento de cuatro literas.

Por otra parte, vimos a los primeros mochileros no rusos en el tren. Nosotros nos apeamos mucho antes, pero el tren tenía Vladivostok como última parada. 

También tuvimos tiempo para hablar con algunos chicos jóvenes rusos que iban a trabajar a Chita, porque al rato de salir el tren paró durante tres horas en una estación llamada Taiga, donde separaron algunos vagones con otro destino y esperamos a que nos engancharan otra locomotora. 

Foto desde el tren de las provodnitsas y babushkas, vendiendo alimentos en el andén de una de las paradas.

Llegamos a Krasnoyarsk a las 10:40 de la mañana (hora local, aunque habíamos ganado otra hora de desfase con Moscú por el camino) y fuimos a dar un paseo y a comprar más víveres para el siguiente tren que cogeríamos tres horas después con destino a Irkutsk. 

Mosaico en la estación de tren de Krasnoyarsk.

En este tren, como compramos los billetes el mismo día que para el anterior, nos volvió a tocar dormir en las dos literas de arriba, aunque, en este caso, el viaje fue más agradable porque las dos ocupantes de las literas inferiores eran dos chicas jóvenes que venían de su pueblo de cerca de Novosibirsk. Nos dedicamos a descansar, beber más tés y jugar a las cartas y, aunque en este tren no vimos más mochileros extranjeros, sí que comenzamos a notar más presencia de pasajeros con rasgos chinos y mongoles. En concreto, y como demostración de la conocida afición a los juegos de azar de los chinos, durante casi una hora tuvimos a tres de ellos siguiendo nuestra aburrida partida de chinchón con el mismo interés que si se tratara de un campeonato de póker. 

Desde Tomsk, siguiendo la recomendación de Jordi, habíamos reservado un viaje a la isla de Olkhon, en el lago Baikal, y nada más llegar a Irkutsk cogimos un marshrutki (minibús urbano que hay en casi todas las ciudades rusas y realiza un recorrido similar al autobús, pero con más paradas) hacia la oficina de la agencia. Nada más llegar nos subimos a una furgoneta con tres rusos, dos holandeses, una señora mejicana, un brasileño, una alemana y una inglesa con destino a Khuzhir, el pueblo principal de esta isla (ferry incluido). 

Vistas del lago Baikal desde una colina con Khuzir al fondo.

Esta isla es especialmente turística y conocida entre mochileros extranjeros, pero nosotros no sé cómo lo hacemos que siempre acabamos alojándonos en sitios donde la mayoría de clientes son rusos. Quizás porque el hostel más conocido de la isla, Nikita´s, estaba completo cuando reservamos. En el nuestro, que se llama Solnechnaya (Soleado) ni siquiera la recepcionista habla inglés. 

El alojamiento es en cabañas de madera, cada una para dos personas, e incluye pensión completa. De desayuno hemos comido blinis con mantequilla y mermelada, gachas, una especie de requesón. Y de comida  y cena platos de la zona: mucho pescado del lago (omul), arroz, carne y caldos. Muy bueno todo, y siempre acompañado de té.

Estos dos días los hemos dedicado a descansar y a pasear por las playas, bosques, prados, y acantilados de la isla en los que, a pesar de estar bastante concurridos de gaviotas y vacas, es difícil encontrarse con otras personas. El paisaje es espectacular y las aguas del lago muy transparentes, lo cual, unido a que en algunos tramos no se ven los bordes del mismo (su longitud de norte a sur es de más de 600 km) provocan la sensación de estar en la orilla del mar. Creemos que nuestro amigo Toni Bellido se encontraría muy bien por aquí una temporadita.

Playas de arena en la isla de Olkhon.

 

Remojando los pies. El agua está freshquisima.

 
Como las cabras por los praos.

 
Punto de fuerza chámanica en Okhlon. Los habitantes de esta son de rasgos mongoles y principalmente creyentes del chamanismo. Esta isla se considera uno de los cinco puntos de fuerza del chamanismo
Según esta creencia, esta roca es el epicentro de fuerza espiritual. Lo que sí es cierto es que las vistas son impresionantes.


El camino desde el ferry al pueblo en la isla es de tierra, al igual que todas las calles del mismo, que están sin asfaltar. Y aunque no es muy bonito tiene un aire peculiar, como del Oeste. Además, nos servirá  de entrenamiento para Mongolia, porque no tienen agua corriente.
Esta noche volvemos a dormir en el tren, de Irkutsk a Naushki, en la frontera con Mongolia, a donde llegaremos a las 13:45 (hora local, 7 horas más que en España) del domingo. Allí tendremos que coger otro tren para Ulan Bator. ¡Ya os contaremos más desde allí!
Un par de fotos de regalo.


Un viejo conocido que ya ocupa las portadas del país.

 
Pregunta para Delas de la cual no sabemos respuesta. Encontramos muchos coches en Siberia con este “capó” extra. Suponemos que tendrá que ver con el frío y la nieve, pero desconocemos su funcionamiento. ¿Alguien lo sabe?

5 comentarios:

  1. ¡ Habréis aprovechado para recargar a tope las pilas espirituales!.

    Que os cundan.

    Ahora ha quedado un poco más difícil moverse por el blog, porque hay que abrir los archivos de agosto o el de ahora de septiembre.

    Cuidaros mucho. Un abrazo.

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  2. Parece todo muy emocionante: paisajes agrestes, nueva cultura con vestigios del anterior régimen,clima que se va convirtiendo en el protagonista del viaje y, ¿sin agua corriente? uf, uf, uf.Cuando lleguéis a Pekín seguro que tendréis que tirar toda la ropa y comprar nuevas equipaciones, pero bueno, eso es lo de menos ya que dicen que allí es todo muy barato.Ánimo y muchos besos.

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  3. El capó extra, que también me llamó la atención, pienso que es para evitar "salpicones" de piedras, nieve, etc..

    Aqui

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  4. Buenas!!! Siento no haber comentado nada antes, pero con el lío de la mudanza no tenía ni el ordenador conectado....
    Una dudita...les explicasteis a los chinos en inglés las reglas del chinchón?? XQ con lo aficionados que son a copiar todo ya veo denttro de poco campeonatos chinos de xinxón :-P

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  5. Buenos días desde Ulan Bator!
    Aquí volvimos a ganar una hora y sólo estamos a +6 horas de España.
    Llegamos en el tren de Irkutsk a las 6:15 de la mañana, después de un viaje de paradas interminables en las fronteras (salimos el sábado a las 22h).
    Más tarde, si podemos, os lo contamos con más detalle.
    Besos.

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